EL TIEMPO
Somos Tiempo..
II
Los pliegues del Tiempo
Kronos, Aión y Kairós
Fuente: Amanda Núñez García *
Investigadora. Filósofa UNED
Tras mucho pensar he decidido no traer imágenes a esta reunión, sólo palabras. Porque no es verdad que una imagen valga mil palabras, ni que las palabras sean más que las imágenes. Simplemente, como dice Félix de Azúa en lecturas compulsivas: dejémoslo en una imagen y mil palabras.
Aquí van mis palabras, espero que os ayuden y hagan que proliferen en vuestras cabezas y vuestras manos muchas más palabras y algunas imágenes.
***
Comencemos con algunas herramientas que nos pueden venir muy bien para abordar esta diferencia de tiempos: la que hay entre Kronos, Aión y Kairós. Diferencia en la que, sin saberlo bien, nos jugamos tanto. Porque, como veremos, es una diferencia que, en último término separará lo que es la mera supervivencia de la vida. Y para las gentes que nos las habemos y damos vueltas al arte, nos puede dar buenas pistas de qué puede ser esta cosa extraña (y en la que también nos va la vida) que son las artes y sus obras.
El Tiempo de las Artes
Si nos remontamos a la etimología de estas palabras, que todavía no pueden decirse sino en griego pues no tenemos traducción posible, vemos que tenemos tres.
Kronos, Aión y Kairós.
Sólo podemos comprender su significado completo asomándonos a qué significan en la Grecia Clásica.
Grecia Clásica Vista general de la Acrópolis de Atenas.
Destaca el Partenón.
A la izquierda, el Erecteion.
En Grecia, un Tiempo extraño, pasado, y sin embargo muy importante para podernos entender a nosotros mismos. Un Tiempo que puede alterar muchas de las comprensiones y acciones terribles que hay en nuestra contemporaneidad. Un Tiempo que cada vez que aparece nos enseña cosas muy importantes. Una temporalidad a la que no podemos parar de referir cada vez que hablamos de algo importante.
Este Tiempo Espacio: Grecia, que a diferencia de nosotros no ha pasado por la modernidad y no ha homogeneizado ni vaciado ni su tiempo ni su espacio. Que no se basa en el Tiempo del trabajo y de los relojes, del ir y venir sin posarse, del andar y no caminar; ni en los no-where o espacios vacíos y carentes de todo sentido en los que muchas veces nos hallamos (como los aeropuertos, los centros comerciales…etc). En Grecia, lugar donde el ocio tenía que ver más que con esto del arte y del pensamiento y no con el ocio como consumo.
En esta Grecia, Antigua la llaman cuando es más contemporánea nuestra que muchos coetáneos, hay tres palabras para hablar de tiempo. No hay la bárbara reducción de los pliegues del Tiempo a uno único: el Tiempo vacío de la física.
Para cada Tiempo en Grecia hay un dios que lo expresa y cuyas cualidades en sus imágenes ya nos dan indicios de qué se está tratando cuando estas divinidades nos visitan.
Tres palabras, tres dioses:
Kronos, Aión y Kairós.
***
Comencemos por aquel al que estamos más habituados:
Kronos
En la mitología griega, desde siempre, el cielo y la tierra estaban unidos. El falo del cielo estaba metido en la tierra siempre y no permitía que nada saliera del vientre de ella. Kronos, dios de la génesis, aparece en el seno de la tierra. Es hijo de cielo y tierra, y su acción principal es castrar al padre. Al castrar al padre, cielo y tierra se separan y entre ellos comienzan a aparecer todas las cosas de este mundo, incluídos nosotros, mortales. Se dá lugar al orden cósmico. Génesis. También sabemos, por otra parte y en otras imágenes de Kronos. Que para conservar su reinado, y ya que le habían augurado que uno de sus hijos se sublevaría contra él, devoraba toda su descendencia como vemos en el cuadro de Goya de Saturno comiéndose a sus hijos.
Francisco de Goya
Saturno devorando a su hijo
1819-1823
Kronos es un dios que necesita engullir y matar a todo lo otro para que permanezca su poder. El dios que mata para conservar su eternidad. Dios de la muerte de todo lo finito para ser él, infinito.
***
Por el contrario, el dios Aión, no es ningún dios genético. Siempre está. No nace, no es originado. No tiene que sublevarse contra nada, y no tiene que comerse nada para ser eterno. Tan sólo da.
Sus imágenes son dobles: Por un lado se le presenta como a un viejo. Señor del Tiempo y de lo que no se mueve, de lo que no nace ni muere, de lo perfecto. Así considerado es el Tiempo de la vida. Aión es el Tiempo de la vida. A veces aparece rodeado de una serpiente, la serpiente que se muerde la cola y que nos indica el eterno retorno del que también habla Nietzsche como la excepción a la muerte de todo lo que puede (de lo que tiene potencia para hacerlo).
Aión
Por otro lado, también se presenta como un joven que sostiene el Zodíaco por donde circulan las estaciones. Pues aunque haya muerte en cronos y cada invierno todo muera, siempre hay repetición, y cada primavera todo renace. También serpiente del eterno retorno.
Aión: Viejo y niño a la vez. Dios de la vida y no de la vida que muere.
Dios del pasado, de la vejez y de la eterna juventud, del futuro, a la vez. Un futuro y un pasado liberados de la tiranía del presente de Kronos. He aquí dos modos de eternidad, dos dioses de lo eterno:
3 Vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana…»3 ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? Por Kairós. Kairós. Demonio fugaz que aparece como inspiración y nos lleva a otra dimensión. Momento oportuno, se le llama a este Kairós. Ocasión. En griego se utiliza en atletismo, el punto justo donde un atleta tiene que entrar para ganar. En surf el momento en el que se coge la ola, el pliegue, antes no se puede y después tampoco o caerás, sólo se puede permanecer en equilibrio en algo tan inestable y peligroso como una ola si uno se introduce en el momento oprtuno. Kairós. También en medicina: momento más apropiado para intervenir. Y en retórica: tema y estilo, lo invisible que hace que todo lo demás se articule con gracia, pero que si no se alcanza hace que todo sea un desastre. El Kairós, el instante. Es un Tiempo, pero también un lugar, un espacio distinto del espacio de la duración o del recorrer las manillas del reloj.
Lugar-Tiempo donde se nos arrebata de Kronos y se nos sitúa en Aión.
Es el Acontecimiento. Aquello respecto a lo cual siempre vamos detrás. Lo que hace aparecer el Tiempo puro ó Aión en medio de Kronos, violentando la normalidad de Kronos y haciendo que todo cambie.
Los hitos (lugares temporales). Echadas de freno de mano en el camino en línea recta de Kronos, en el camino del progreso de la muerte a la muerte, de la nada a la nada siendo ya la nada de un presente que no tiene apenas consistencia, pues sólo consiste en pasar. Como las modas y el mercado.
Kairós es un Momento-lugar único e irrepetible que no es presente sino siempre está por llegar y siempre ya ha pasado. Que nos sobrevuela4.
Un tiempo que podemos intentar violentar y medir, pero al que nuestras medidas abstractas no le afectan pues tiene su propia medida cada vez.
El protagonista del perseguidor, Charlie Parker, dice que mete un cuarto de hora en un minuto y medio, pero ese cuarto de hora no se puede medir pues la medida nos traiciona y nos da, o un minuto y medio, o el desarrollo falsario de intentar contar una vida entera que pasó en ese minuto y medio.
No hay manera de medir según las medidas de Kronos a Kairós, ni en su duración, ni en saber cuándo comienza el acontecimiento ni cuándo termina. Por ejemplo, ¿cuándo comenzó la revolución rusa?, en octubre de 1917, ¿pero el día 5 a las 7,15, o el 18 a las 6? ¿O podemos decir que ni en octubre?, pues hubo cosas ya en Febrero. Y ¿Cuánto duró?, ¿hasta su traición?, ¿hasta la muerte de Lenin?, ¿la de Stalin? ¿O sigue dando sus frutos?, ¿pero la traicionada o la otra? …
Kairós siempre tiene su propio tiempo. ¿Qué Tiempo tiene una canción?, ¿y un cuadro?, ¿en qué Tiempo están? Una canción cualquiera, ¿cuando comienza una pieza de Bach?, ¿cuándo surge en la cabeza del compositor?, ¿la primera vez que la toca?, ¿Cuándo se graba en un disco?, ¿o en un cd?...Más bien una pieza comienza cuando comienza y termina cuando termina. Tiene su propio Tiempo, su propia medida en ella misma. Y además podría ser cortada en cualquiera de sus lados: minuto 1.02, sino cuando ella lo pidiera, como pide terminar y termina. El Tiempo correcto no puede calcularse ni medirse nunca, pues depende de la composición interna de la obra (el arte, en cuanto que es Kairós, no se pliega a una medida externa a él).
Pero que no se pliegue a una medida externa no sólo lo hace independiente de Kronos, sino que nos hace ver otra nota importante de Kairós, y es que es Kairós quien da la pauta a Kronos pues introduce el Tiempo de la vida en el de la muerte: Es el instante, el acontecimiento el que marca el Tiempo.
En abstracto podemos marcar el Tiempo y contarlo en minutos, segundos (60 segundos un minuto), horas….pero ¿qué es lo que marca el Tiempo? los acontecimientos. El domingo, ese domingo en rojo de los calendarios, ¿es domingo porque es el último día de la semana?, ¿un día más entre otros?, ¿o la semana del trabajo y de la fatiga es semana porque vive en referencia a un domingo en el que descansar y hacer las cosas que uno quería hacer?
La historia no se cuenta por Kronos, se cuenta por Kairós. Los hitos son aquellos momentos esquivos y extraños, con su propia temporalidad, que nos abren la puerta a la vida sin muerte. A la vida sin fatiga ni desgaste. Aquello que hace que la homogeneidad, la identidad de los días de trabajo, de los momentos en los que nada ocurre se rompa y entre un poco de tiempo puro.
3 Ibid, pp. 232 y 233.
4 Cfr. Gilles Deleuze: Casi toda su obra pero especialmente para este tema: Lógica del sentido, Paidós, Barcelona, 1994.
4 Algo que marca un antes y un después y que hace que el mundo no siga igual. ¿El mundo es el mismo después de la revolución Rusa?, ¿Y después una pieza de Bach?, ¿o de un tema de Charlie Parker?, ¿y después de que surgiera esta escuela?... Por ello se conmemoran los acontecimientos, no porque nos hagan ver que el Tiempo pasa -para saber eso sólo hay que montarse en el metro- sino para saber que hay temporalidades que no pasan, y que ésas son las que nos constituyen. Por ello Kairós suele relacionarse, y H-G. Gadamer así lo hace siempre, con la fiesta y los productos del arte: El Tiempo de la celebración, el Tiempo de la fiesta, se opone como tal al Tiempo del trabajo: la fiesta congrega, frente al trabajo que separa y divide. Al mismo Tiempo toda celebración suprime la idea de una meta a la que hay que llegar: la fiesta es esa meta y ya se está en ella. La fiesta es como el amar y no como el adelgazar. La celebración comporta un tTiempo "lleno", un Tiempo "propio": ofrece Tiempo, lo detiene, invita a demorarnos en ella, es un Tiempo estructurado desde sí mismo. En su retornar, es la fiesta la que instaura el orden del Tiempo cotidiano o vacío. Kairós como lugar-Tiempo del aArte, también marca. Esta vez épocas: ¿sería algo Grecia sin las esculturas, las tragedias, las epopeyas, los cantos de Píndaro y de Safo, la filosofía griega, los cuadros de los prerrafaelitas en el sXIX que nos pintan Grecia, las vasijas, los mosaicos…etc?¿Sería algo el siglo XX para nosotros occidentales sin Proust, sin las vanguardias, sin el cine…etc…? Son ellas, son las artes las que nos hacen localizar las epocalidades, las que en último término, como fiestas divinas de un dios divino que son: Kairós, marcan el pulso, la respiración, el pliegue y despliegue del Tiempo de la vida. Del Tiempo donde se puede vivir y habitar en medio de la nada de Kronos. En mitad del Tiempo de la muerte que también es necesario, por otra parte. Pues ésa es la pequeñez y la grandeza del mortal, estar entre la vida y la muerte. Por ello nuestro dios es Kairós, y Kairós es nuestras artes y nuestras fiestas.
***
Pero aquí viene la dificultad y el arte, valga la redundancia, del productor o el artista. No todo es Kairós y no todo es arte. Por ello el diablillo calvo, al que es difícil agarrar y que se escapa volando con sus pies alados.
No cualquier experiencia subjetiva, como la del metro de Cortázar es arte. Es arte cuando es objetivo, cuando se puede comunicar, cuando lo cuenta tan bien Cortázar, cuando realmente introduce una temporalidad dentro de otra. El arte debe realizar la gran piedad de, una vez experimentado el Tiempo pleno, no matarlo dejándolo únicamente en nuestros recuerdos individuales que morirán con nosotros. El arte tiene el reto imposible y a la vez necesario de hacer que acontezcan los acontecimientos, de crearlos en medio de lo árido de Kronos. Dice el filósofo Walter Benjamin: «Parecía que nuestros bares, nuestras oficinas, nuestras estaciones y fábricas nos aprisionaban sin esperanza. Entonces vino el cine y con la dinamita de sus décimas de segundo hizo saltar ese mundo carcelario y ahora emprendemos entre sus dispersos escombros viajes de aventuras. Con el primer plano se ensancha el espacio y bajo el retardador se alarga el movimiento. En una ampliación se trata no solo de aclarar lo que de otra manera no se veía claro, sino que más bien aparecen en ella formaciones estructurales del todo nuevas»5. Crear en nuestro mundo cotidiano de Kronos (puesto que mortales somos) otras maneras de verlo, desde la vida y su variedad, y no desde la muerte de nuestro desdén. Por eso dice Benjamin, hablando del teatro de Brecht, que lo que tiene que hacer el productor artístico es siempre, no ser realista sino hacer que nos extrañemos. Imaginemos en un teatro unos personajes hablando de algo cotidiano, se están peleando por lo de siempre y todos pensamos que es lo de siempre y pasamos por la obra como el que pasa por la calle. Pero, de pronto, una puerta se abre y entra un personaje extraño. Se interrumpe bruscamente la escena y hace ver lo extraña que es: pelear ¿por qué?, por lo de siempre… Se convierte en un acontecimiento porque el extraño que entra y el mismo corte de la situación con su extrañamiento obligan ya al espectador -y al mismo actor- a tomar partido en la escena, a por fin vivirla y vivirla como nueva. La puerta se abre y con ella entra un poco de aire fresco, un poco de distancia frente al Tiempo de la muerte y quizá, un poco de Tiempo en estado puro. Charlie Parker suena en el disco y los seis minutos de tema son un pestañear, o lo paladeamos y es una eternidad, o es una vida entera metida dentro de seis minutos.
5 W. Benjamin, "Breve historia de la fotografía" en Discursos interrumpidos I. Filosofía del arte y de la historia, Taurus, Madrid, 1973,p.48.
5 « El peso más pesado: ¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: "Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡El eterno reloj de arena de la existencia es dado la vuelta una y otra vez -¡y a la par suya tú, polvito del polvo!-" ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te habló? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: "¡Tu eres un dios y jamás oí nada más divino! Si esa noción llegara a dominarte, te transformaría y tal vez te aplastaría tal y como eres ¡la pregunta ante todas las cosas: "¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?" pesaría como el peso más pesado sobre todos tus actos! O ¿Cómo necesitarías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna confirmación, este sello?» 6 F. Nietzsche: La gaya ciencia, Akal, Madrid 1988, p. 250.O en intenet:http://www.nietzscheana.com.ar/de_la_gaya_scienza.htm#Peso

Amanda Núñez García *
En la actualidad disfruta de un Contrato postdoctoral de Investigación a tiempo completo. UNED. Facultad de Filosofía UNED: Grupo de Investigación Ontología, Lenguaje, Hermenéutica (Onlenher) de la UNED y Departamento de “Filosofía y Filosofía Moral y Política” UNED.
Doctora en Filosofía por la UNED (Doctorado europeo) y Premio Extraordinario de Doctorado con la Tesis: La ontología de Gilles Deleuze. De la política a la estética. 2009.
Sus líneas de investigación son la Ontología Estética y Política Contemporáneas (en particular el pensamiento de Gilles Deleuze unido a Spinoza y los estoicos).
Pertenece al Grupo de Investigación de la UNED: Onlenher (Ontología, hermenéutica, lenguaje), así como al Proyecto de Investigación de la UNED: “Aristóteles y la Hermenéutica actual” dirigido por la Profesora Teresa Oñate.
Ha sido profesora invitada en la UNAM de México, impartiendo seminarios sobre ontología estética y Gilles Deleuze; y ha realizado estancias de Investigación en México y en París, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales junto a filósofos como Derrida, Eric Alliez, Descomes o Jean-Claude Bonne.
Es coeditora junto con Gianni VATTIMO, Teresa OÑATE y Francisco ARENAS de los libros: El mito del uno. Horizontes de latinidad. Hermenéutica entre civilizaciones I. Dykinson, Madrid, 2008. Y Politeísmo y encuentro con el Islam. Hermenéutica entre civilizaciones II. Dykinson, Madrid, 2008. Ha ublicado diversos artículos en revistas y libros especializados sobre el pensamiento de G. Deleuze, W. Benjamin o los estoicos
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KutiMayu
Somos Tiempo..
II
Los pliegues del Tiempo
Kronos, Aión y Kairós
Fuente: Amanda Núñez García *
Investigadora. Filósofa UNED
Tras mucho pensar he decidido no traer imágenes a esta reunión, sólo palabras. Porque no es verdad que una imagen valga mil palabras, ni que las palabras sean más que las imágenes. Simplemente, como dice Félix de Azúa en lecturas compulsivas: dejémoslo en una imagen y mil palabras.
Aquí van mis palabras, espero que os ayuden y hagan que proliferen en vuestras cabezas y vuestras manos muchas más palabras y algunas imágenes.
***
Comencemos con algunas herramientas que nos pueden venir muy bien para abordar esta diferencia de tiempos: la que hay entre Kronos, Aión y Kairós. Diferencia en la que, sin saberlo bien, nos jugamos tanto. Porque, como veremos, es una diferencia que, en último término separará lo que es la mera supervivencia de la vida. Y para las gentes que nos las habemos y damos vueltas al arte, nos puede dar buenas pistas de qué puede ser esta cosa extraña (y en la que también nos va la vida) que son las artes y sus obras.
El Tiempo de las Artes
Si nos remontamos a la etimología de estas palabras, que todavía no pueden decirse sino en griego pues no tenemos traducción posible, vemos que tenemos tres.
Kronos, Aión y Kairós.
Sólo podemos comprender su significado completo asomándonos a qué significan en la Grecia Clásica.

Grecia Clásica Vista general de la Acrópolis de Atenas.
Destaca el Partenón.
A la izquierda, el Erecteion.
En Grecia, un Tiempo extraño, pasado, y sin embargo muy importante para podernos entender a nosotros mismos. Un Tiempo que puede alterar muchas de las comprensiones y acciones terribles que hay en nuestra contemporaneidad. Un Tiempo que cada vez que aparece nos enseña cosas muy importantes. Una temporalidad a la que no podemos parar de referir cada vez que hablamos de algo importante.
Este Tiempo Espacio: Grecia, que a diferencia de nosotros no ha pasado por la modernidad y no ha homogeneizado ni vaciado ni su tiempo ni su espacio. Que no se basa en el Tiempo del trabajo y de los relojes, del ir y venir sin posarse, del andar y no caminar; ni en los no-where o espacios vacíos y carentes de todo sentido en los que muchas veces nos hallamos (como los aeropuertos, los centros comerciales…etc). En Grecia, lugar donde el ocio tenía que ver más que con esto del arte y del pensamiento y no con el ocio como consumo.
En esta Grecia, Antigua la llaman cuando es más contemporánea nuestra que muchos coetáneos, hay tres palabras para hablar de tiempo. No hay la bárbara reducción de los pliegues del Tiempo a uno único: el Tiempo vacío de la física.
Para cada Tiempo en Grecia hay un dios que lo expresa y cuyas cualidades en sus imágenes ya nos dan indicios de qué se está tratando cuando estas divinidades nos visitan.
Tres palabras, tres dioses:
Kronos, Aión y Kairós.
***
Comencemos por aquel al que estamos más habituados:
Kronos
En la mitología griega, desde siempre, el cielo y la tierra estaban unidos. El falo del cielo estaba metido en la tierra siempre y no permitía que nada saliera del vientre de ella. Kronos, dios de la génesis, aparece en el seno de la tierra. Es hijo de cielo y tierra, y su acción principal es castrar al padre. Al castrar al padre, cielo y tierra se separan y entre ellos comienzan a aparecer todas las cosas de este mundo, incluídos nosotros, mortales. Se dá lugar al orden cósmico. Génesis. También sabemos, por otra parte y en otras imágenes de Kronos. Que para conservar su reinado, y ya que le habían augurado que uno de sus hijos se sublevaría contra él, devoraba toda su descendencia como vemos en el cuadro de Goya de Saturno comiéndose a sus hijos.
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Francisco de Goya
Saturno devorando a su hijo
1819-1823
Kronos es un dios que necesita engullir y matar a todo lo otro para que permanezca su poder. El dios que mata para conservar su eternidad. Dios de la muerte de todo lo finito para ser él, infinito.
***
Por el contrario, el dios Aión, no es ningún dios genético. Siempre está. No nace, no es originado. No tiene que sublevarse contra nada, y no tiene que comerse nada para ser eterno. Tan sólo da.
Sus imágenes son dobles: Por un lado se le presenta como a un viejo. Señor del Tiempo y de lo que no se mueve, de lo que no nace ni muere, de lo perfecto. Así considerado es el Tiempo de la vida. Aión es el Tiempo de la vida. A veces aparece rodeado de una serpiente, la serpiente que se muerde la cola y que nos indica el eterno retorno del que también habla Nietzsche como la excepción a la muerte de todo lo que puede (de lo que tiene potencia para hacerlo).

Aión
Por otro lado, también se presenta como un joven que sostiene el Zodíaco por donde circulan las estaciones. Pues aunque haya muerte en cronos y cada invierno todo muera, siempre hay repetición, y cada primavera todo renace. También serpiente del eterno retorno.
Aión: Viejo y niño a la vez. Dios de la vida y no de la vida que muere.
Dios del pasado, de la vejez y de la eterna juventud, del futuro, a la vez. Un futuro y un pasado liberados de la tiranía del presente de Kronos. He aquí dos modos de eternidad, dos dioses de lo eterno:
3 Vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana…»3 ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? Por Kairós. Kairós. Demonio fugaz que aparece como inspiración y nos lleva a otra dimensión. Momento oportuno, se le llama a este Kairós. Ocasión. En griego se utiliza en atletismo, el punto justo donde un atleta tiene que entrar para ganar. En surf el momento en el que se coge la ola, el pliegue, antes no se puede y después tampoco o caerás, sólo se puede permanecer en equilibrio en algo tan inestable y peligroso como una ola si uno se introduce en el momento oprtuno. Kairós. También en medicina: momento más apropiado para intervenir. Y en retórica: tema y estilo, lo invisible que hace que todo lo demás se articule con gracia, pero que si no se alcanza hace que todo sea un desastre. El Kairós, el instante. Es un Tiempo, pero también un lugar, un espacio distinto del espacio de la duración o del recorrer las manillas del reloj.
Lugar-Tiempo donde se nos arrebata de Kronos y se nos sitúa en Aión.
Es el Acontecimiento. Aquello respecto a lo cual siempre vamos detrás. Lo que hace aparecer el Tiempo puro ó Aión en medio de Kronos, violentando la normalidad de Kronos y haciendo que todo cambie.
Los hitos (lugares temporales). Echadas de freno de mano en el camino en línea recta de Kronos, en el camino del progreso de la muerte a la muerte, de la nada a la nada siendo ya la nada de un presente que no tiene apenas consistencia, pues sólo consiste en pasar. Como las modas y el mercado.
Kairós es un Momento-lugar único e irrepetible que no es presente sino siempre está por llegar y siempre ya ha pasado. Que nos sobrevuela4.
Un tiempo que podemos intentar violentar y medir, pero al que nuestras medidas abstractas no le afectan pues tiene su propia medida cada vez.
El protagonista del perseguidor, Charlie Parker, dice que mete un cuarto de hora en un minuto y medio, pero ese cuarto de hora no se puede medir pues la medida nos traiciona y nos da, o un minuto y medio, o el desarrollo falsario de intentar contar una vida entera que pasó en ese minuto y medio.
No hay manera de medir según las medidas de Kronos a Kairós, ni en su duración, ni en saber cuándo comienza el acontecimiento ni cuándo termina. Por ejemplo, ¿cuándo comenzó la revolución rusa?, en octubre de 1917, ¿pero el día 5 a las 7,15, o el 18 a las 6? ¿O podemos decir que ni en octubre?, pues hubo cosas ya en Febrero. Y ¿Cuánto duró?, ¿hasta su traición?, ¿hasta la muerte de Lenin?, ¿la de Stalin? ¿O sigue dando sus frutos?, ¿pero la traicionada o la otra? …
Kairós siempre tiene su propio tiempo. ¿Qué Tiempo tiene una canción?, ¿y un cuadro?, ¿en qué Tiempo están? Una canción cualquiera, ¿cuando comienza una pieza de Bach?, ¿cuándo surge en la cabeza del compositor?, ¿la primera vez que la toca?, ¿Cuándo se graba en un disco?, ¿o en un cd?...Más bien una pieza comienza cuando comienza y termina cuando termina. Tiene su propio Tiempo, su propia medida en ella misma. Y además podría ser cortada en cualquiera de sus lados: minuto 1.02, sino cuando ella lo pidiera, como pide terminar y termina. El Tiempo correcto no puede calcularse ni medirse nunca, pues depende de la composición interna de la obra (el arte, en cuanto que es Kairós, no se pliega a una medida externa a él).
Pero que no se pliegue a una medida externa no sólo lo hace independiente de Kronos, sino que nos hace ver otra nota importante de Kairós, y es que es Kairós quien da la pauta a Kronos pues introduce el Tiempo de la vida en el de la muerte: Es el instante, el acontecimiento el que marca el Tiempo.
En abstracto podemos marcar el Tiempo y contarlo en minutos, segundos (60 segundos un minuto), horas….pero ¿qué es lo que marca el Tiempo? los acontecimientos. El domingo, ese domingo en rojo de los calendarios, ¿es domingo porque es el último día de la semana?, ¿un día más entre otros?, ¿o la semana del trabajo y de la fatiga es semana porque vive en referencia a un domingo en el que descansar y hacer las cosas que uno quería hacer?
La historia no se cuenta por Kronos, se cuenta por Kairós. Los hitos son aquellos momentos esquivos y extraños, con su propia temporalidad, que nos abren la puerta a la vida sin muerte. A la vida sin fatiga ni desgaste. Aquello que hace que la homogeneidad, la identidad de los días de trabajo, de los momentos en los que nada ocurre se rompa y entre un poco de tiempo puro.
3 Ibid, pp. 232 y 233.
4 Cfr. Gilles Deleuze: Casi toda su obra pero especialmente para este tema: Lógica del sentido, Paidós, Barcelona, 1994.
4 Algo que marca un antes y un después y que hace que el mundo no siga igual. ¿El mundo es el mismo después de la revolución Rusa?, ¿Y después una pieza de Bach?, ¿o de un tema de Charlie Parker?, ¿y después de que surgiera esta escuela?... Por ello se conmemoran los acontecimientos, no porque nos hagan ver que el Tiempo pasa -para saber eso sólo hay que montarse en el metro- sino para saber que hay temporalidades que no pasan, y que ésas son las que nos constituyen. Por ello Kairós suele relacionarse, y H-G. Gadamer así lo hace siempre, con la fiesta y los productos del arte: El Tiempo de la celebración, el Tiempo de la fiesta, se opone como tal al Tiempo del trabajo: la fiesta congrega, frente al trabajo que separa y divide. Al mismo Tiempo toda celebración suprime la idea de una meta a la que hay que llegar: la fiesta es esa meta y ya se está en ella. La fiesta es como el amar y no como el adelgazar. La celebración comporta un tTiempo "lleno", un Tiempo "propio": ofrece Tiempo, lo detiene, invita a demorarnos en ella, es un Tiempo estructurado desde sí mismo. En su retornar, es la fiesta la que instaura el orden del Tiempo cotidiano o vacío. Kairós como lugar-Tiempo del aArte, también marca. Esta vez épocas: ¿sería algo Grecia sin las esculturas, las tragedias, las epopeyas, los cantos de Píndaro y de Safo, la filosofía griega, los cuadros de los prerrafaelitas en el sXIX que nos pintan Grecia, las vasijas, los mosaicos…etc?¿Sería algo el siglo XX para nosotros occidentales sin Proust, sin las vanguardias, sin el cine…etc…? Son ellas, son las artes las que nos hacen localizar las epocalidades, las que en último término, como fiestas divinas de un dios divino que son: Kairós, marcan el pulso, la respiración, el pliegue y despliegue del Tiempo de la vida. Del Tiempo donde se puede vivir y habitar en medio de la nada de Kronos. En mitad del Tiempo de la muerte que también es necesario, por otra parte. Pues ésa es la pequeñez y la grandeza del mortal, estar entre la vida y la muerte. Por ello nuestro dios es Kairós, y Kairós es nuestras artes y nuestras fiestas.
***
Pero aquí viene la dificultad y el arte, valga la redundancia, del productor o el artista. No todo es Kairós y no todo es arte. Por ello el diablillo calvo, al que es difícil agarrar y que se escapa volando con sus pies alados.
No cualquier experiencia subjetiva, como la del metro de Cortázar es arte. Es arte cuando es objetivo, cuando se puede comunicar, cuando lo cuenta tan bien Cortázar, cuando realmente introduce una temporalidad dentro de otra. El arte debe realizar la gran piedad de, una vez experimentado el Tiempo pleno, no matarlo dejándolo únicamente en nuestros recuerdos individuales que morirán con nosotros. El arte tiene el reto imposible y a la vez necesario de hacer que acontezcan los acontecimientos, de crearlos en medio de lo árido de Kronos. Dice el filósofo Walter Benjamin: «Parecía que nuestros bares, nuestras oficinas, nuestras estaciones y fábricas nos aprisionaban sin esperanza. Entonces vino el cine y con la dinamita de sus décimas de segundo hizo saltar ese mundo carcelario y ahora emprendemos entre sus dispersos escombros viajes de aventuras. Con el primer plano se ensancha el espacio y bajo el retardador se alarga el movimiento. En una ampliación se trata no solo de aclarar lo que de otra manera no se veía claro, sino que más bien aparecen en ella formaciones estructurales del todo nuevas»5. Crear en nuestro mundo cotidiano de Kronos (puesto que mortales somos) otras maneras de verlo, desde la vida y su variedad, y no desde la muerte de nuestro desdén. Por eso dice Benjamin, hablando del teatro de Brecht, que lo que tiene que hacer el productor artístico es siempre, no ser realista sino hacer que nos extrañemos. Imaginemos en un teatro unos personajes hablando de algo cotidiano, se están peleando por lo de siempre y todos pensamos que es lo de siempre y pasamos por la obra como el que pasa por la calle. Pero, de pronto, una puerta se abre y entra un personaje extraño. Se interrumpe bruscamente la escena y hace ver lo extraña que es: pelear ¿por qué?, por lo de siempre… Se convierte en un acontecimiento porque el extraño que entra y el mismo corte de la situación con su extrañamiento obligan ya al espectador -y al mismo actor- a tomar partido en la escena, a por fin vivirla y vivirla como nueva. La puerta se abre y con ella entra un poco de aire fresco, un poco de distancia frente al Tiempo de la muerte y quizá, un poco de Tiempo en estado puro. Charlie Parker suena en el disco y los seis minutos de tema son un pestañear, o lo paladeamos y es una eternidad, o es una vida entera metida dentro de seis minutos.
5 W. Benjamin, "Breve historia de la fotografía" en Discursos interrumpidos I. Filosofía del arte y de la historia, Taurus, Madrid, 1973,p.48.
5 « El peso más pesado: ¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: "Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡El eterno reloj de arena de la existencia es dado la vuelta una y otra vez -¡y a la par suya tú, polvito del polvo!-" ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te habló? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: "¡Tu eres un dios y jamás oí nada más divino! Si esa noción llegara a dominarte, te transformaría y tal vez te aplastaría tal y como eres ¡la pregunta ante todas las cosas: "¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?" pesaría como el peso más pesado sobre todos tus actos! O ¿Cómo necesitarías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna confirmación, este sello?» 6 F. Nietzsche: La gaya ciencia, Akal, Madrid 1988, p. 250.O en intenet:http://www.nietzscheana.com.ar/de_la_gaya_scienza.htm#Peso

Amanda Núñez García *
En la actualidad disfruta de un Contrato postdoctoral de Investigación a tiempo completo. UNED. Facultad de Filosofía UNED: Grupo de Investigación Ontología, Lenguaje, Hermenéutica (Onlenher) de la UNED y Departamento de “Filosofía y Filosofía Moral y Política” UNED.
Doctora en Filosofía por la UNED (Doctorado europeo) y Premio Extraordinario de Doctorado con la Tesis: La ontología de Gilles Deleuze. De la política a la estética. 2009.
Sus líneas de investigación son la Ontología Estética y Política Contemporáneas (en particular el pensamiento de Gilles Deleuze unido a Spinoza y los estoicos).
Pertenece al Grupo de Investigación de la UNED: Onlenher (Ontología, hermenéutica, lenguaje), así como al Proyecto de Investigación de la UNED: “Aristóteles y la Hermenéutica actual” dirigido por la Profesora Teresa Oñate.
Ha sido profesora invitada en la UNAM de México, impartiendo seminarios sobre ontología estética y Gilles Deleuze; y ha realizado estancias de Investigación en México y en París, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales junto a filósofos como Derrida, Eric Alliez, Descomes o Jean-Claude Bonne.
Es coeditora junto con Gianni VATTIMO, Teresa OÑATE y Francisco ARENAS de los libros: El mito del uno. Horizontes de latinidad. Hermenéutica entre civilizaciones I. Dykinson, Madrid, 2008. Y Politeísmo y encuentro con el Islam. Hermenéutica entre civilizaciones II. Dykinson, Madrid, 2008. Ha ublicado diversos artículos en revistas y libros especializados sobre el pensamiento de G. Deleuze, W. Benjamin o los estoicos
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KutiMayu
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