CONOCIMIENTO ANCESTRAL
Gran Madre Tierra
Pachamama
Señora del Tiempo y del Espacio

Nuestras comunidades étnicas andinas,
así como tantas otras culturas ancestrales,
desarrollaron sus costumbres
en función a su relación con la Madre Naturaleza.
Los Andes es una región de diferentes y diversos climas.
Es la forma de mostrar los ciclos cósmicos y telúricos que son sumamente variables e irregulares.
En nuestra región andina hay una re-creación y
una re-novación anual de los rituales.
Es una conversación íntima
con lo va sucediendo en el Tiempo Espacio,
con la Pachamamita,
nuestra querida Madre Tierra..
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Es una topografía irregular,
Gran Madre Tierra
Pachamama
Señora del Tiempo y del Espacio

Nuestras comunidades étnicas andinas,
así como tantas otras culturas ancestrales,
desarrollaron sus costumbres
en función a su relación con la Madre Naturaleza.
Los Andes es una región de diferentes y diversos climas.
Es la forma de mostrar los ciclos cósmicos y telúricos que son sumamente variables e irregulares.
En nuestra región andina hay una re-creación y
una re-novación anual de los rituales.
Es una conversación íntima
con lo va sucediendo en el Tiempo Espacio,
con la Pachamamita,
nuestra querida Madre Tierra..
Es una topografía irregular,
hay escasas llanuras.
Las alturas oscilan de acuerdo a la zona.
Hay regiones cuyo suelo está al nivel de mar,
y otras que llegan a más de 6300 mts.
En general, los suelos que se cultivan están
en las laderas de los cerros y las montañas, y,
al amparo de un cerro tutelar ó Apu que es un guardián miembro de la comunidad
Las alturas oscilan de acuerdo a la zona.
Hay regiones cuyo suelo está al nivel de mar,
y otras que llegan a más de 6300 mts.
En general, los suelos que se cultivan están
en las laderas de los cerros y las montañas, y,
al amparo de un cerro tutelar ó Apu que es un guardián miembro de la comunidad
de huacas o deidades.
Estas características hacen a las costumbres de cada una de las comunidades que pertenecen a la región.
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Para nuestra cultura andina el planeta es un cuerpo vivo. Comprende todas las partes, formando un todo. Esta totalidad es la "Pachamama", es quien representa al todo, a las abuelas piedras, a los Apus, a las Achachilas*, a las Auquis**; a las montañas, a las cascadas, a las flores, a las lagunas, a los mares, a los cerros, a las estrellas, al sol, a la luna, al rayo, a los ríos, a los seres humanos vivos y los muertos..
Esta totalidad tiene el carácter de Huaca, es decir, son sagradas, por eso gozan del respeto de los habitantes de la zona.
Las Huacas*** están presentes desde siempre. Son sabias porque han visto todo lo que sucedió a lo largo del tiempo, y seguirán ahí, siendo observadoras silenciosas de los cambios.
La Madrecita Tierra es la Pachamama,
Estas características hacen a las costumbres de cada una de las comunidades que pertenecen a la región.
Para nuestra cultura andina el planeta es un cuerpo vivo. Comprende todas las partes, formando un todo. Esta totalidad es la "Pachamama", es quien representa al todo, a las abuelas piedras, a los Apus, a las Achachilas*, a las Auquis**; a las montañas, a las cascadas, a las flores, a las lagunas, a los mares, a los cerros, a las estrellas, al sol, a la luna, al rayo, a los ríos, a los seres humanos vivos y los muertos..
Esta totalidad tiene el carácter de Huaca, es decir, son sagradas, por eso gozan del respeto de los habitantes de la zona.
Las Huacas*** están presentes desde siempre. Son sabias porque han visto todo lo que sucedió a lo largo del tiempo, y seguirán ahí, siendo observadoras silenciosas de los cambios.
La Madrecita Tierra es la Pachamama,
y es sagrada.
Se denomina Ayllu a las comunidades ancestrales que habitan en las tierras andinas morando sobra la querida Pachamama.

En los Ayllus, todos los integrantes de la Madre Naturaleza, son familia, tanto los seres vivos, como los muertos.
Las llamas y las alpacas forman parte de la familia, así mismo, las semillas que se siembran.
Todo es vida
Se denomina Ayllu a las comunidades ancestrales que habitan en las tierras andinas morando sobra la querida Pachamama.

En los Ayllus, todos los integrantes de la Madre Naturaleza, son familia, tanto los seres vivos, como los muertos.
Las llamas y las alpacas forman parte de la familia, así mismo, las semillas que se siembran.
Todo es vida

Las comunidades sostienen la sabiduría del concepto de reciprocidad, es decir que todos damos y recibimos, esto posibilita una comunión entre todos los componentes
de la Sallga ó Madre Naturaleza.
La cultura andina es agrocéntrica.
Esto significa que la vida gira en torno a la crianza de la chacra en un mundo que está vivo.
Las chacras son tierras cultivadas,
donde se crían plantas y animales.
Y a su vez, la chacra también se cría
a través del alimento del suelo, del agua y del clima.
El concepto de Reciprocidad se observa en las chacras andinas, todos colaboran, en este "círculo virtuoso".

Cada uno de los seres que habitan en el mundo vivo andino es equivalente a cualquier otro.
Todos, humano, árbol, piedra, cascadas, cerros..
cada uno cumple un rol imprescindible dentro
de la cosmovisión ancestral, cada uno es único e irrepetible. Tienen nombre propio y la responsabilidad específica en el mantenimiento de la armonía de la la Sagrada Madre Tierra,
y es en tal condición de equivalencia,
que se relaciona con cada uno de los otros.
Es el espíritu de la Pachamama que está siempre presente, así como el de todos los integrantes de esta familia, que es la Madre Naturaleza.
La invocación al espíritu de la tierra, de los ríos y de los mares, de los árboles, de los colibríes, y de las flores multicolores suman abundancia.
Es el espíritu de las plantas sagradas medicinales quien se hace presente a través de sus sanaciones.
La Naturaleza toda es convocada a participar
de esta fiesta donde celebramos la potencia energética que almacena el Gran Útero que es la Tierra que habitamos, que nos provee bienestar y amor infinito. La cultura andina late al ritmo de los ciclos cósmicos y de los ciclos telúricos ó biológicos.
Es el ritmo de la vida: es, su "tiempo",
de la Sallga ó Madre Naturaleza.
La cultura andina es agrocéntrica.
Esto significa que la vida gira en torno a la crianza de la chacra en un mundo que está vivo.
Las chacras son tierras cultivadas,
donde se crían plantas y animales.
Y a su vez, la chacra también se cría
a través del alimento del suelo, del agua y del clima.
El concepto de Reciprocidad se observa en las chacras andinas, todos colaboran, en este "círculo virtuoso".

Cada uno de los seres que habitan en el mundo vivo andino es equivalente a cualquier otro.
Todos, humano, árbol, piedra, cascadas, cerros..
cada uno cumple un rol imprescindible dentro
de la cosmovisión ancestral, cada uno es único e irrepetible. Tienen nombre propio y la responsabilidad específica en el mantenimiento de la armonía de la la Sagrada Madre Tierra,
y es en tal condición de equivalencia,
que se relaciona con cada uno de los otros.
Es el espíritu de la Pachamama que está siempre presente, así como el de todos los integrantes de esta familia, que es la Madre Naturaleza.
La invocación al espíritu de la tierra, de los ríos y de los mares, de los árboles, de los colibríes, y de las flores multicolores suman abundancia.
Es el espíritu de las plantas sagradas medicinales quien se hace presente a través de sus sanaciones.
La Naturaleza toda es convocada a participar
de esta fiesta donde celebramos la potencia energética que almacena el Gran Útero que es la Tierra que habitamos, que nos provee bienestar y amor infinito. La cultura andina late al ritmo de los ciclos cósmicos y de los ciclos telúricos ó biológicos.
Es el ritmo de la vida: es, su "tiempo",

por lo tanto, es cíclico, está vivo y es saludable.
Las ceremonias del calendario ritual de los Andes, son momentos de conversación íntima con tales ciclos, sintoniza con cada situación peculiar, y,
entre todos los componentes del mundo vivo,
se armoniza con el estado correspondiente del clima.
Esta re-creación, esta re-novación, es la asimilación,del mundo vivo a las condiciones de vida, cambiantes y discontinuas, al momento de realizar el rito.
El "tiempo" andino no es el tiempo lineal e "irreversible" del Occidente moderno, Chronos,en el que continuamente se cancela al pasado con el ansia de proyectar lo que se va a vivir en el futuro y de esta manera se disimula el presente y, con ello, la vida.El "presente" en el mundo vivo andino se re-crea, se re-nueva, por compresión del "pasado", es decir, por inclusión del "pasado".
Pero, a la vez, la comunidad andina es capaz de saber continuamente cómo se va a presentar el "futuro" por la participación de todos sus miembros naturales en la conversación cósmico-telúrica propia del mundo vivo.
En los Andes no hay una distinción terminante
entre "pasado" y "futuro" porque el "presente" los contiene a ambos, en el presente de siempre, en lo de siempre, lo siempre re-creado, lo siempre re-novado.
Vive en un mundo vivo, respetando su tiempo vivencial, no en el mundo-reloj del Occidente moderno.

El sacerdote andino, en la ceremonia ritual,
puede remontarse en el pasado miles de años,
y ver hoy, en pleno funcionamiento ritual, una huaca, y participar activamente en aquel acto
incluyendo el pasado en el presente.
También tiene la capacidad de conversar con todos los componentes de este gran cuerpo vivo, que es la Madre Tierra,
y saber qué clima corresponderá
a la campaña agrícola-pastoril venidera.
También puede observar y saber el clima de las próximas campañas incluyendo el futuro en el presente.

En nuestra región andina, pasado, presente y futuro, antes, ahora y después,
no son compartimientos estancos
sino que ellos concurren en el ahora que,
por eso mismo, es Siempre.
Siempre re-creado, siempre re-novado, siempre novedoso.
Pachamama
Gran Madre Tierra
Las ceremonias del calendario ritual de los Andes, son momentos de conversación íntima con tales ciclos, sintoniza con cada situación peculiar, y,
entre todos los componentes del mundo vivo,
se armoniza con el estado correspondiente del clima.
Esta re-creación, esta re-novación, es la asimilación,del mundo vivo a las condiciones de vida, cambiantes y discontinuas, al momento de realizar el rito.
El "tiempo" andino no es el tiempo lineal e "irreversible" del Occidente moderno, Chronos,en el que continuamente se cancela al pasado con el ansia de proyectar lo que se va a vivir en el futuro y de esta manera se disimula el presente y, con ello, la vida.El "presente" en el mundo vivo andino se re-crea, se re-nueva, por compresión del "pasado", es decir, por inclusión del "pasado".
Pero, a la vez, la comunidad andina es capaz de saber continuamente cómo se va a presentar el "futuro" por la participación de todos sus miembros naturales en la conversación cósmico-telúrica propia del mundo vivo.
En los Andes no hay una distinción terminante
entre "pasado" y "futuro" porque el "presente" los contiene a ambos, en el presente de siempre, en lo de siempre, lo siempre re-creado, lo siempre re-novado.
Vive en un mundo vivo, respetando su tiempo vivencial, no en el mundo-reloj del Occidente moderno.

El sacerdote andino, en la ceremonia ritual,
puede remontarse en el pasado miles de años,
y ver hoy, en pleno funcionamiento ritual, una huaca, y participar activamente en aquel acto
incluyendo el pasado en el presente.
También tiene la capacidad de conversar con todos los componentes de este gran cuerpo vivo, que es la Madre Tierra,
y saber qué clima corresponderá
a la campaña agrícola-pastoril venidera.
También puede observar y saber el clima de las próximas campañas incluyendo el futuro en el presente.

En nuestra región andina, pasado, presente y futuro, antes, ahora y después,
no son compartimientos estancos
sino que ellos concurren en el ahora que,
por eso mismo, es Siempre.
Siempre re-creado, siempre re-novado, siempre novedoso.
Pachamama
Gran Madre Tierra
Cada año, cada ciclo telúrico,
la Pachamamita, concibe,
siendo fecundada por el Sol,
y pare un nuevo Pachakuti ó ciclo, que es
el proceso y tiempo de retorno al equilibrio, a la armonía, a la tierra y al universo sin males. Dentro del Pachakuti, a su vez,
el agua fecunda a la tierra,
y así sucesivamente.

Los sacerdotes y las sacerdotisas toman el pulso a la Pachamama y palpan el feto durante la gestación para conocer antes del parto el carácter de la cría.
Por eso pueden saber el clima del año venidero.
Ellos también, por su conocimento tan íntimo
de la Pachamama y del Tata Inti, el Sol,
y de las circunstancias de su vida, pueden saber, incluso, la naturaleza de sus criaturas aún no engendradas.
La comunidad natural andina es sumamente diversa, sin embargo, es la de siempre.
La diversidad es lo habitual, es lo normal,
es la que le conviene a la vida.
Esta forma de ser, hace que la cultura andina sustente su presencia entrañable en las grandes
mayorías poblacionales del campo y de las ciudades, y continuar con su diversidad relacionada a la vida.

La concepción andina es holística porque en el mundo de la Madre Tierra, lo que incide en uno cualquiera de sus órganos, afecta necesariamente al organismo, al ser vivo.
El órgano, ES, y está incluído en el organismo.
Se trata de un mundo comunitario, de un mundo de amparo en el que no hay cabida a exclusión alguna.
El holismo es propio de un mundo colectivista,
donde el todo es miembro de una comunidad íntimamente comprometida, que vive en uno.
Se vive la experiencia de unidad de la vida propia, con la vida toda de la Pachamama.
En cada Fiesta dedicada a la Sagrada Madre Tierra, se devela el inmenso amor
que nos demuestra con su accionar permanente
de abastecernos de los preciosos alimentos
que cría su bendita tierra.
El contacto con ella es permanente,
forma parte de nuestra vida diaria. Habita en todas partes y en ninguna en especial.
Otra característica de la cosmovisión andina
es su inmanencia, su inseparabilidad,
ya que todo ocurre dentro de la totalidad de la Pachita.
El mundo andino no se proyecta al exterior,
y no existe algo que actúe sobre él desde fuera.
Por eso es que, en la cultura andina no existe
lo sobrenatural ni el más allá.
Lo propio de lo andino, es el mundo de la sensibilidad:
nada en él escapa a la percepción.
Todo cuanto existe es palpable.
Todo cuanto existe es evidente.

Hasta Wiraqucha, la deidad,
es perceptible y es visible.
Te miro y sos Pachamama,
te huelo y sos Pachamama,
te oigo y sos Pachamama,
te toco y sos Pachamama,
te siento en mi boca y sos Pachamama
te percibo y sos Pachamama,
te intuyo y sos Pachamama..
Kusilla, Kusilla, Pachamamita,
la Pachamamita, concibe,
siendo fecundada por el Sol,
y pare un nuevo Pachakuti ó ciclo, que es
el proceso y tiempo de retorno al equilibrio, a la armonía, a la tierra y al universo sin males. Dentro del Pachakuti, a su vez,
el agua fecunda a la tierra,
y así sucesivamente.

Los sacerdotes y las sacerdotisas toman el pulso a la Pachamama y palpan el feto durante la gestación para conocer antes del parto el carácter de la cría.
Por eso pueden saber el clima del año venidero.
Ellos también, por su conocimento tan íntimo
de la Pachamama y del Tata Inti, el Sol,
y de las circunstancias de su vida, pueden saber, incluso, la naturaleza de sus criaturas aún no engendradas.
La comunidad natural andina es sumamente diversa, sin embargo, es la de siempre.
La diversidad es lo habitual, es lo normal,
es la que le conviene a la vida.
Esta forma de ser, hace que la cultura andina sustente su presencia entrañable en las grandes
mayorías poblacionales del campo y de las ciudades, y continuar con su diversidad relacionada a la vida.

La concepción andina es holística porque en el mundo de la Madre Tierra, lo que incide en uno cualquiera de sus órganos, afecta necesariamente al organismo, al ser vivo.
El órgano, ES, y está incluído en el organismo.
Se trata de un mundo comunitario, de un mundo de amparo en el que no hay cabida a exclusión alguna.
El holismo es propio de un mundo colectivista,
donde el todo es miembro de una comunidad íntimamente comprometida, que vive en uno.
Se vive la experiencia de unidad de la vida propia, con la vida toda de la Pachamama.
En cada Fiesta dedicada a la Sagrada Madre Tierra, se devela el inmenso amor
que nos demuestra con su accionar permanente
de abastecernos de los preciosos alimentos
que cría su bendita tierra.
El contacto con ella es permanente,
forma parte de nuestra vida diaria. Habita en todas partes y en ninguna en especial.
Otra característica de la cosmovisión andina
es su inmanencia, su inseparabilidad,
ya que todo ocurre dentro de la totalidad de la Pachita.
El mundo andino no se proyecta al exterior,
y no existe algo que actúe sobre él desde fuera.
Por eso es que, en la cultura andina no existe
lo sobrenatural ni el más allá.
Lo propio de lo andino, es el mundo de la sensibilidad:
nada en él escapa a la percepción.
Todo cuanto existe es palpable.
Todo cuanto existe es evidente.

Hasta Wiraqucha, la deidad,
es perceptible y es visible.
Te miro y sos Pachamama,
te huelo y sos Pachamama,
te oigo y sos Pachamama,
te toco y sos Pachamama,
te siento en mi boca y sos Pachamama
te percibo y sos Pachamama,
te intuyo y sos Pachamama..
Kusilla, Kusilla, Pachamamita,
Tierra Sagrada!!

Compartimos la vida, que es la Madre Tierra!
durante todo el mes de Agosto,
sembrando alegría a cada paso!
* Achachilas: Espíritus tutelares que protegen a los pueblos y que encarnan la presencia de los antepasados. Habitan las montañas y los cerros, cerca de las comunidades, vigilando, compartiendo los sufrimientos y dando bendiciones.
Los hombres los veneran y les ofrecen oraciones y ofrendas.
Existen las achachilas grandes identificadas con las montañas más altas de la cordillera andina; son los protectores de toda la raza y de todo el territorio ocupado por ellos. Otra clase son los que habitan los cerros que rodean las comunidades y protegen a cada una de ellas.
**Auquis: Perú, región de múltiples danzas y costumbres, de la cual la expresión autóctona se expresa en las danzas y músicas como la Huaconada, los Auquis, las mulizas, los huaynos y el waylarsh wanka.
***Huacas: Con el término Huaca, Waca, Uaca ó Wak´a en su acepción en la lengua quechua, se designaba a todas las deidades incaicas, ídolos, templos, tumbas, momias, lugares sagrados, animales, aquellos astros de los que los ayllus, ó clanes creían descender, los propios antepasados, incluyendo a las deidades principales, el sol y la luna.

Compartimos la vida, que es la Madre Tierra!
durante todo el mes de Agosto,
sembrando alegría a cada paso!
* Achachilas: Espíritus tutelares que protegen a los pueblos y que encarnan la presencia de los antepasados. Habitan las montañas y los cerros, cerca de las comunidades, vigilando, compartiendo los sufrimientos y dando bendiciones.
Los hombres los veneran y les ofrecen oraciones y ofrendas.
Existen las achachilas grandes identificadas con las montañas más altas de la cordillera andina; son los protectores de toda la raza y de todo el territorio ocupado por ellos. Otra clase son los que habitan los cerros que rodean las comunidades y protegen a cada una de ellas.
**Auquis: Perú, región de múltiples danzas y costumbres, de la cual la expresión autóctona se expresa en las danzas y músicas como la Huaconada, los Auquis, las mulizas, los huaynos y el waylarsh wanka.
***Huacas: Con el término Huaca, Waca, Uaca ó Wak´a en su acepción en la lengua quechua, se designaba a todas las deidades incaicas, ídolos, templos, tumbas, momias, lugares sagrados, animales, aquellos astros de los que los ayllus, ó clanes creían descender, los propios antepasados, incluyendo a las deidades principales, el sol y la luna.
Gracias! Añay!
KutiMayu